Brotes de un corazón roto

Reflexión

Debí imaginarlo, debí imaginar desde el principio que no la necesitaba para ser feliz, que todo era una ilusión de mi corazón esperanzado en sentir de nuevo lo que nunca había sentido antes.

Como siempre mi corazón se cree su propio sueño y siente que no puede vivir sin él, porque está soñando aún, pero cuando despierta, se da cuenta de que la realidad es otra, la realidad no es ella, la realidad es él, mi corazón; él es el único que estará conmigo hasta la muerte, hasta mi muerte, él es el que morirá conmigo, lo quiera o no, y solo él latirá siempre bajo mi piel suave o arrugada, lisa o áspera, él es el que estará siempre.

Por eso solo debo amar teniendo en cuenta que seguramente no sea para siempre, exprimiendo con delicadeza y cariño cada instante de un amor, aprovechando los buenos momentos y dejando pasar los días, a veces “olvidándome” del amor, otras simplemente resistiendo la distancia, pero siempre con mesura, nunca llevar todo al extremo, ni al máximo ni al mínimo.

Esa es mi nueva receta para amar y ser amado.

Comentarios